viernes, 22 de diciembre de 2017

Teoría celular




Teoría Celular
(Síntesis)

Miranda Gálvez Gabriel Vidblain

En el siglo XVII, tras la invención del microscopio por Leeuwenhoek, el hombre fue capaz de observar, por primera vez, la unidad funcional que distinguía al ser vivo de la materia inerte,  denominada, por el microscopista inglés, Robert Hook, como célula. Siendo el primer investigador en difundir imágenes, a partir del tejido del corcho, en una colección llamada Micrographia

Sin embargo, los primeros lentes que utilizaban los microscopios alteraban las imágenes, produciendo, en los investigadores, la especulación de entes fantásticos. La aberración cromática, llamada así a este defecto, con el transcurso del tiempo, fue erradicada y posteriormente, el microscopio, sufrió transformaciones que lo perfeccionaron. 

A mediados del siglo XVII y a partir del descubrimiento de un mundo microscópico, surgieron diversas interrogantes, relacionadas al origen de los seres vivos que, los propios investigadores pretendieron responder. De esta manera existieron dos grandes deducciones que, probablemente, dieron lugar al comienzo de esta teoría. 

La primera, propuesta por Albretch von Haller,  sustentaba que la fibra era la unidad fundamental de un organismo y siendo, por ende, la encargada de todas sus funciones; mientras que, la segunda, establecida por Georges Louis Leclerc, citaba la existencia de “moldes interiores” dotados de vida, que conformaban al organismo.

Este acontecimiento abría paso a la antaña teoría de la generación espontánea qué, el naturalista italiano, Spallanzani, contradecía, junto a otros  investigadores, incluido Louis Pasteur, con la idea de que los seres vivos resultaban de otro ser vivo preexistente. 

Actualmente se les considera al botánico Mathias Schleiden y al zoólogo Theodor Schwann los creadores de la teoría celular, debido a que con sus observaciones en tejidos animales y vegetales identificaron a la célula como la estructura arquitectónica de todos los seres vivos y posteriormente con la unidad vital de los mismos, siendo así el primer y segundo postulado de dicha teoría. 

Más adelante, se retomaría la idea de Spallanzani, aplicado al origen de las células, conformando el tercer y último postulado, reconociendo a Virchow como su autor:  Toda célula procede de otra célula

Según Schleiden y Schwann, la célula se componía de una membrana que delimitaba al protoplasma (citoplasma), que podía poseer diversas formas, desde alveolar hasta granular. No fue posible, sino hasta finales del siglo XIX, que se identificaron los demás orgánulos, como por ejemplo, el ergastoplasma (retículo endoplásmico), el núcleo por Robert Brown, las mitocondrias por Carl Benda y el aparato de Golgi, cuyo nombre a honor de su descubridor: Camillio Golgi. Posteriormente se identificó el nucléolo y dentro de este filamentos, que Walter Fleming denominó cromatina, para después, observar y definir la mitosis. 

Por otra parte, el tejido nervioso  invalidaba el postulado de la teoría celular, que dado por su fragilidad para manipularlo y su complejidad impidió que formara parte de esta. En 1877 Golgi descubrió “la reacción negra”, que permitió observar una célula nerviosa individualmente, de manera que, se analizaran e identificaran cada uno de sus procesos. Para 1981, Waldeyer nombró a este tipo de células neuronas y desde entonces se conoce como teoría neuronal.

Santiago Ramón y Cajal,  neuroanatomista español, fue defensor de dicha teoría, sino hasta la introducción del microscopio electrónico, demostrando este que el sistema nervioso también se encontraba conformado por células individuales e independientes. Lo que permitió la validez de la teoría celular. 

No hace mucho, tras el descubrimiento del ADN, se añadió un cuarto postulado que dicta que toda célula es encargada de portar y heredar  la información a la progenie. 

En conclusión, con la teoría celular fue posible contar con un esquema básico y con una unidad para el estudio de las principales facetas de los seres vivos: la estructura, la función y el origen.

Referencia:

Mazzarello-Paolo. (2000). La historia de la teoría celular, un concepto unificador. Elementos, ciencia y cultura 7:1-7 pp.

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