Teoría
Celular
(Síntesis)
Miranda Gálvez Gabriel Vidblain
En el siglo XVII, tras la
invención del microscopio por Leeuwenhoek, el hombre fue capaz de observar, por
primera vez, la unidad funcional que distinguía al ser vivo de la materia
inerte, denominada, por el microscopista
inglés, Robert Hook, como célula. Siendo
el primer investigador en difundir imágenes, a partir del tejido del corcho, en
una colección llamada Micrographia.
Sin embargo, los primeros
lentes que utilizaban los microscopios alteraban las imágenes, produciendo, en
los investigadores, la especulación de entes fantásticos. La aberración
cromática, llamada así a este defecto, con el transcurso del tiempo, fue erradicada
y posteriormente, el microscopio, sufrió transformaciones que lo perfeccionaron.
A mediados del siglo XVII y
a partir del descubrimiento de un mundo microscópico, surgieron diversas
interrogantes, relacionadas al origen de los seres vivos que, los propios
investigadores pretendieron responder. De esta manera existieron dos grandes deducciones
que, probablemente, dieron lugar al comienzo de esta teoría.
La primera, propuesta por
Albretch von Haller, sustentaba que la
fibra era la unidad fundamental de un organismo y siendo, por ende, la
encargada de todas sus funciones; mientras que, la segunda, establecida por
Georges Louis Leclerc, citaba la existencia de “moldes interiores” dotados de
vida, que conformaban al organismo.
Este acontecimiento abría
paso a la antaña teoría de la generación espontánea qué, el naturalista
italiano, Spallanzani, contradecía, junto a otros investigadores, incluido Louis Pasteur, con
la idea de que los seres vivos resultaban de otro ser vivo preexistente.
Actualmente se les considera
al botánico Mathias Schleiden y al zoólogo Theodor Schwann los creadores de la
teoría celular, debido a que con sus observaciones en tejidos animales y
vegetales identificaron a la célula como la estructura arquitectónica de todos
los seres vivos y posteriormente con la unidad vital de los mismos, siendo así
el primer y segundo postulado de dicha teoría.
Más adelante, se retomaría
la idea de Spallanzani, aplicado al origen de las células, conformando el
tercer y último postulado, reconociendo a Virchow como su autor: Toda célula procede de otra célula
Según Schleiden y Schwann,
la célula se componía de una membrana que delimitaba al protoplasma (citoplasma),
que podía poseer diversas formas, desde alveolar hasta granular. No fue posible,
sino hasta finales del siglo XIX, que se identificaron los demás orgánulos,
como por ejemplo, el ergastoplasma (retículo endoplásmico), el núcleo por
Robert Brown, las mitocondrias por Carl Benda y el aparato de Golgi, cuyo nombre
a honor de su descubridor: Camillio Golgi. Posteriormente se identificó el
nucléolo y dentro de este filamentos, que Walter Fleming denominó cromatina,
para después, observar y definir la mitosis.
Por otra parte, el tejido
nervioso invalidaba el postulado de la
teoría celular, que dado por su fragilidad para manipularlo y su complejidad
impidió que formara parte de esta. En 1877 Golgi descubrió “la reacción negra”,
que permitió observar una célula nerviosa individualmente, de manera que, se
analizaran e identificaran cada uno de sus procesos. Para 1981, Waldeyer nombró
a este tipo de células neuronas y desde entonces se conoce como teoría neuronal.
Santiago Ramón y Cajal, neuroanatomista español, fue defensor de
dicha teoría, sino hasta la introducción del microscopio electrónico,
demostrando este que el sistema nervioso también se encontraba conformado por
células individuales e independientes. Lo que permitió la validez de la teoría
celular.
No hace mucho, tras el
descubrimiento del ADN, se añadió un cuarto postulado que dicta que toda célula
es encargada de portar y heredar la
información a la progenie.
En conclusión, con la teoría
celular fue posible contar con un esquema básico y con una unidad para el
estudio de las principales facetas de los seres vivos: la estructura, la función
y el origen.
Referencia:
Mazzarello-Paolo. (2000). La
historia de la teoría celular, un concepto unificador. Elementos, ciencia y cultura 7:1-7 pp.
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