domingo, 28 de enero de 2018

La química coloreada del cobre

LA QUÍMICA DEL COBRE


El cobre, es un elemento químico de transición de color rojizo, representado por el símbolo Cu, posee un número atómico de 29. El cobre, junto con la plata y el oro, son elementos con los que comparte grupo, de hecho se le conoce como familia del cobre y posee un grupo elementos que se caracterizan por ser elementos buenos conductores de la electricidad, poseen brillo metálico, son maleables, entre otras características.

En cuanto a sus propiedades físicas, podemos destacar que el cobre posee diversas propiedades físicas, que lo hacen muy utilizado a nivel industrial, convirtiéndose en el tercer metal, más consumido y utilizado en el mundo, tan sólo por detrás del hierro y del aluminio. El cobre es detrás de los metales ya mencionados, el elemento metálico con mayor conductividad eléctrica y térmica.

Ya sea el cobre, o sus aleaciones en general, poseen una buena maquinabilidad, lo que significa que son fáciles de mecanizar. Esta es una propiedad que poseen los materiales para ser mecanizados a través del arranque de viruta de éstos. En la gran mayoría de los compuestos del cobre, éste presenta una serie de estados de oxidación generalmente bajos, aunque en su mayor parte posee un número de oxidación de +2.

Cuando se expone al aire, su color característico, rojizo salmón, torna violáceo debido a la formación de un óxido, concretamente el óxido cuproso, que seguidamente torna oscuro, formándose así el óxido cúprico.

El cobre es fácilmente atacado por los elementos halógenos, sobre todo cuando hay presencia de humedad. Cuando no la hay, el cloro y el bromo no le provocan efecto alguno, y elementos como el flúor, sólo atacan al cobre cuando estos se encuentran en temperaturas muy altas.

Los cloruros cuproso y cúprico, se combinan con el oxígeno cuando hay humedad, provocando la formación de ácido clorhídrico, que provoca manchas suaves de color verdosas y con textura polvorienta, que no llegan a fijarse en la superficie de los objetos pero que producen más cloruros de cobre, consiguiendo que se inicie así un nuevo proceso o ciclo de erosión.

El cobre es atacado también por los ácidos oxácidos, por lo que éstos suelen ser utilizados como abrillantadores o decapantes (en el caso del ácido sulfúrico). El ácido sulfúrico consigue reaccionar con el cobre dando lugar a la producción de un nuevo sulfuro y agua, el CuS, conocido como covelina, o en el caso de Cu2S, se le conoce como calcocita, de característico color negro oscuro.

Con el cobre también se consigue la formación de distintas sales, sales de sulfato cúprico, que tienen colores en su mayoría verdes y azules. Las sales de cobre son muy comunes y ampliamente utilizadas en los ánodos que se usan en los coches como acumuladores de plomo.

Una de las tareas de un químico es separar un producto deseado de otros productos de una reacción. Es importante desarrollar destrezas de laboratorio que permitan llevar a cabo procedimientos de separación y purificación de un producto con la mayor eficiencia posible.

En estos experimentos se utilizan los métodos sencillos para separar un sólido de un líquido, tal como decantación o filtración. Para limpiar las superficies de objetos de cobre se suele utilizar el ácido cítrico, pues éste disuelve al cobre, otorgándole un lustre al metal, al formar citrato de cobre.


Referencias:  En Química coloreada del cobre (Reporte) que puede ser encontrado en este mismo blog. 

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